Hoy sábado en la Paz y quietud de mi refugio, en la era de
la tecnología y las comunicaciones instantáneas, me doy cuenta que un mensaje
de voz de 33 segundos puede cambiar la dirección de mi mundo.
En 33 segundos resumí mi interpretación del silencio de un
ser amado.
Fue suficiente para entender que a veces los caminos se
encuentran pero no se juntan.
Que el proceso de cada quien es tan importante como el
nuestro y que Dios nos da unas tremendas señales para entender que en un
momento dado tienes que cambiar la dirección de tu vida.
Cada segundo cuenta, cada momento vivido. Cada risa, cada
desacuerdo, cada gesto de nobleza, cada beso, cada caricia es la grandeza de la
vida; y nos quedamos solo con el resultado para evaluar si una relación funciono o no. Que algo no resulte como
esperamos , no indica que no funciono sino que viviste una experiencia que te
tocaba y una lección que necesitabas.
Hoy la sincronía de nuevo hace aparición en mi vida, las
casualidades, las coincidencias y las señales me inundan. Mi corazón esta pleno
y quiero dar a corazón abierto, a veces esto asusta, mas esta vez supere
al miedo.
Lo único que aleja el miedo de nuestra vida es atrevernos a
vivir con las circunstancias que tenemos hoy, aquí y ahora, que es el momento
presente.
De pronto un temblor, un eclipse, un cambio de energía , una
muerte y entendemos lo poco que nos
arriesgamos, como la vida pasa y el tiempo circular sigue su camino.
En 33 segundos entiendo que mi alegría de vivir y mi
tristeza de seguir sin ti es la vida.
Ella no espera por nosotros, el espíritu se hace presente a
cada instante y desea cumplir su misión que está destinada al amor
incondicional.
Gracias a ti hoy estoy mas segura de lo que quiero vivir, disfrutar los amaneceres, los atardeceres, las meriendas, el calor de un beso y
un abrazo, sentir la brisa en mi cuerpo desnudo, disfrutar de cada bocado
de alimento que ingiero, un vino sola o acompañada, redescubrir la
belleza en la naturaleza, del agua corriendo por mi cuerpo en la ducha, abrazar a mis hijos, sentir el calor de mis nietos.
Y tengo presente como me alimentaste y cuidaste frente al mar, tus atenciones y
frases cariñosas, de tu generosidad sin límites, tus abrazos fuertes y cálidos,
eres especial y mi cariño hacia ti no tiene límites.
Gracias por nuestro tiempo y 33 segundos no alcanzan para demostrarte todo
mi cariño y agradecimiento.
Y 33 segundos son también la vida…y el amor.
Virginia Treyes